Un vistazo a la Península

La Península de Osa es un territorio de ensueño que se encuentra ubicado en el sureste de Costa Rica. Accesible por tierra, aire y mar, guarda invaluables tesoros naturales, para deleite de una creciente cantidad de turistas, estudiantes e investigadores que la visitan.
Es la zona de Costa Rica que posee la mayor diversidad de árboles y animales. Se estima en cerca de 700 el número total de especies de árboles, que tienen una gran afinidad florística con los bosques amazónicos.

La posibilidad de que, hoy, las reservas biológicas y los parques naturales costarricenses se muestren a la humanidad como una fuente inagotable de ingresos para sus habitantes, sin embargo, proviene de una historia de contradicciones que llevaron al Estado a adoptar medidas de protección e iniciativas de desarrollo.
En la evolución de la Península de Osa, han debido intervenir instituciones de los poderes Ejecutivo y Municipal, así como organizaciones no gubernamentales y organizaciones comunales que han librado verdaderas batallas épicas, contra la deforestación.

Miles de hectáreas de este maravilloso reducto, donde se encuentra el último bosque lluvioso tropical de la costa Pacífica de América Central, sucumbieron ante el avance de la explotación indiscriminada de la madera y la sustitución de bosques por actividades agrícolas y ganaderas.
Y aunque, todavía hoy, se desarrolla una lucha contra el avance ilegal de la deforestación, hay sectores de la Península, como el Parque Nacional Corcovado, que mantienen coberturas boscosas inalteradas, con árboles de hasta 70 metros de altura.
Informes científicos revelan que, en la Península, se han herborizado 2.142 especies (21.4% del total de la flora de Costa Rica); representadas en 916 géneros (42.7%) y 185 familias (72.8%). El componente arbóreo contiene 700 especies y se estima puede alcanzar unas 750 especies en total.
Para comprender el significado de lo que hoy es la Península de Osa, con sus múltiples pequeñas poblaciones que (al margen de los grandes finqueros) evolucionan de sus actividades de subsistencia tradicionales (explotación de la madera, agricultura y ganadería) hacia modelos de desarrollo en turístico en armonía con la naturaleza, ha habido que pasar por diversas etapas:
- La inmigración espontánea de pobladores chiricanos, en el período 1848-1937;
- La presencia de la Compañía Bananera durante el período 1937-1957;
- La partida de la Compañía Bananera, hacia Golfito, debido a lo cual quedaron cientos de familias sin trabajo, sin tierra y con todas las necesidades propias de la subsistencia.
- La presencia de la compañía maderera norteamericana Osa Productos Forestales, que compró 42 mil hectáreas incluyendo la mitad del área del actual Parque Nacional Corcovado y su posterior partida.
- Los conflictos de tierras y el establecimiento de áreas protegidas a partir de 1978 y el establecimiento de asentamientos campesinos.
- La explotación del oro de placer, autorizado temporalmente como una alternativa para mitigar la necesidad de los habitantes y la posterior prohibición del lavado de oro.
Con esos y otros elementos históricos y sociales, se dio una importante inmigración de familias procedentes de Panamá, Nicaragua y otros sectores de Costa Rica.
Con su presencia se estimuló la demanda de alimentos y, en su respuesta, fueron apareciendo las alternativas de transporte y toda una diversidad de proyectos productivos, como la agricultura, la ganadería y la explotación de madera, la copra (pulpa de coco), la cáscara de mangle (para las tenerías), carbón de leña, carne de caza, piel de lagartos y plantas medicinales.
Pero la evolución de la economía fue ínfima, y debieron pasar años, para que los habitantes de la Península fueran creando consciencia, acerca de la necesidad de reconsiderar sus alternativas de desarrollo.
Influenciados por los científicos y los investigadores (más de mil de ellos visitaron la Península entre 1962 y 1973), orientados por las organizaciones no gubernamentales y acuerpados por las instituciones públicas costarricenses, hoy los habitantes de la Península de Osa ven que es en la conservación de los recursos naturales, en la que está su verdadera fuente de riqueza.Han surgido microempresas familiares y organizaciones locales que se van especializando en el sector servicios, para que los visitantes se sientan bien atendidos, en esta aventura por playas, bosques, ríos y cataratas protegidas y pequeñas comunidades de ensueño reservadas para el disfrute de todos.