Su sueño nació en Puntarenas, lugar en el que tuvo la idea de iniciar con la creación de su propia línea de bisutería. De vuelta en Puerto Jiménez, una vez que hizo la bisutería la llevó a la escuela de su hijo para venderla y para su sorpresa y el bien del proyecto se vendían inmediatamente, inclusive recibió pedidos de parte de otras madres e inclusive maestras.
Así mismo empezó hacer artesanías con botellas recicladas, para ayudar y colaborar con el medio ambiente. Este proceso la dejó fascinada, porque en él vio la oportunidad no solo de pintar botellas sino de transformar un “residuo” en una obra de arte.
Ha tenido la oportunidad de vender en varios hoteles, algunos de ellos son: Lapa Ríos y Nicuesa Lodge; también en ferias tanto en Puerto Jiménez como en San José. Dentro de su clientela se encuentra una extrajera que viene una vez al año por productos para llevarlos a Alemania.
Adicionalmente imparte cursos de artesanías en materiales reciclados en la biblioteca de Puerto Jiménez, en donde comparte el conocimiento que ha adquirido por la práctica, ayudando así a nuevas mujeres emprendedoras.